La transformación de la C/ Cristóbal de Moura y sus calles transversales en un eje urbano verde alimentado por sistemas urbanos de drenaje sostenible (SUDS), ha sido merecedor del reconocimiento del IV Premio Ciudad y Territorio Albert Serratosa que organizan anualmente El Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y la Fundación Caminos.

Se trata de un proyecto redactado y ejecutado por el Instituto Municipal de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona, que se enmarca en la estrategia de la ciudad para proteger, impulsar y ampliar la biodiversidad urbana. Dicha estrategia, que contaba hasta ahora con el Plan del Verde y de la Biodiversidad de Barcelona 2020 como marco estratégico – y que desde finales de septiembre se ha actualizado con el Plan Natura Barcelona 2021-2030 –, apoya el uso de Soluciones basadas en la Naturaleza en la renovación urbana municipal.

La actuación en la C/ Cristóbal de Moura es un buen ejemplo de ello. La nueva configuración del espacio público y la implementación de SbN, han permitido pasar de una configuración viaria típica del distrito 22@ donde se encuentra, con la mayor parte de la superficie de la calle destinada a los vehículos con dos carriles de circulación y dos de aparcamientos y solo un 40% del espacio destinado al peatón, a un nuevo modelo viario con el 70% del espacio destinado a la vegetación y a los peatones y garantizando el 80% de sombra en verano. Solo en el tramo finalizado de la intervención, ya se pueden disfrutar 3.500 m² de nuevo espacio verde.
 

En este proyecto hemos buscado acercar el mundo vegetal a las calles en sus diferentes estratos añadiendo al arbolado masas arbustivas y tapizantes, que constituyen nodos de biodiversidad. Parte de la superficie anteriormente ocupada por vehículos se ha destinado a estas zonas ajardinadas, que además, albergan sistemas de gestión sostenible de agua pluvial.
 

El incremento de vegetación en el ámbito urbano conlleva una gran cantidad de beneficios psicológicos y físicos para los habitantes del entorno, muchos de ellos se han conseguido en nuestro proyecto. Entre ellos, podemos destacar la regulación de la temperatura y humedad del ambiente generando un microclima, la generación de oxígeno, el aumento de la biodiversidad, salud y bienestar emocional, etc.
 

 

Hay que tener en cuenta que el ciclo del agua se rompe (o distorsiona) al entrar en los sistemas unitarios de nuestras ciudades, generando contaminación difusa en los medios receptores y costes económicos cuantiosos en la construcción y el mantenimiento de estas infraestructuras grises. Es cierto que con los años se han realizado grandes mejoras en las redes de alcantarillado, pero como concepto parten de un error fatal, que es juntar las aguas pluviales y las aguas negras en un mismo colector.

En este proyecto, el agua tiene un papel especialmente importante precisamente porque se estructura el espacio urbano en torno al recorrido natural del agua, con tal de conseguir un sistema totalmente separativo y sin la necesidad de la creación de una red de pluviales paralela o similar a la red unitaria.

Este sistema separativo en C. Moura, tiene numerosas ventajas, entre ellas está la facilidad de implementación en cualquier ámbito urbano y el bajo coste de mantenimiento en relación a sus altas prestaciones (tratamiento y gestión pasivos del agua de escorrentía in situ).
 

Las SbN y los SUDS contribuyen con innumerables beneficios que están bien descritos en muchos textos y artículos. Me gustaría destacar esta obra como la evolución y perfeccionamiento de otras intervenciones con SUDS en Barcelona desde el año 2005, ya que en ésta, se consigue cerrar el ciclo del agua a través de sistemas pasivos (áreas de biorretención inundables, nodos de biodiversidad, etc.) diseñados para ralentizar, limpiar y filtrar la escorrentía generada en las superficies impermeables de aceras, calzadas y cubiertas de edificios; de forma que con un mantenimiento mínimo, se garantiza la captación total del agua pluvial, sin mermas en la eficiencia del sistema a largo plazo.
 

 

La intención de la administración es completar la calle Cristóbal de Moura desde la Diagonal hasta la Rambla Prim. Mientras que la intención del proyecto es ir más allá de los límites de Barcelona conectando con San Adrián, el margen fluvial del rio Besós y Badalona, a través de la misma calle como parque lineal. Por otra parte, se trata de extender este criterio de calle verde a las calles perpendiculares siguiendo el esquema de “superilles” (supermanzanas), buscando la conexión con las zonas verdes próximas.
 

Sin duda, es un proyecto piloto replicable, no sólo a otras zonas de Barcelona sino a otras ciudades, y no tanto por su aspecto externo, sino por los aspectos técnicos relacionados con la gestión del agua, en la que se consigue realizar un sistema separativo al 100% con un coste de mantenimiento mínimo, que prácticamente no añade ningún extra al mantenimiento ya habitual de la jardinería, limpieza de calles y alcantarillados.
 

Sin entrar en un tema más general que es el de la movilidad en las “superilles”, el proyecto de Cristóbal de Moura tiene algunas características que lo hacen singular. Esta calle se planeó como un acceso importante de tráfico en la ciudad con un puente sobre el rio Besós facilitando la conexión viaria entre ciudades, de ahí el ancho de dimensiones superiores a las del resto de calles de la trama Cerdá. Lo interesante es que al estar interceptada por áreas industriales en diferentes tramos, no ha llegado a convertirse en ese gran eje viario imaginado, y nos ha brindado la oportunidad de crearlo como eje verde, parque lineal, conector de ecosistemas verdes o como se quiera llamar, sin que eso haya supuesto afección al tráfico.

Por otra parte, creo que las “calles verdes” han de seguir siendo funcionales y contener todos aquellos elementos necesarios de una calle convencional como las zonas de carga y descarga, recogida de basuras etc. Los cambios que ahora se están gestando en el planeamiento del 22@ en el que se intenta introducir el concepto de ejes verdes como calles ocupadas con un 30% de superficie vegetada como mínimo, nos lleva a pasar al otro extremo, dificultando enormemente los usos básicos necesarios más funcionales y cotidianos. Este planteamiento radical se podría entender en zonas con edificación unifamiliar, pero no en las calles de Barcelona con alta densidad de población. Esta radicalidad es contraproducente en la implementación de SbN.
 

 

Cristóbal de Moura forma parte del ámbito del 22@ en el que se han llevado a cabo múltiples mecanismos de participación para garantizar políticas urbanas que respondan a las necesidades locales. Uno de estos mecanismos fue lo que se llamó la “cuádruple hélice” formada por la administración, los residentes de la comunidad, el sector empresarial y la universidad. Otro mecanismo fue la creación por parte del Distrito de un proceso de participación abierto a la ciudadanía con mesas redondas, rutas de exploración y plataformas digitales, con el objetivo de llegar al mayor número de personas posible.

Por otro lado, no ha habido un proceso de participación específico para C. Moura, y no porque no se haya mostrado el proyecto en sucesivas ocasiones, sino porque no se ha dado esta circunstancia o tal vez el entorno de C. Moura esté poco habitado en general al estar a día de hoy en proceso de trasformación y construcción de los solares que fueron industriales. El interés participativo ha sido más intenso o claro en otros ámbitos dentro del 22@.
 

En cuanto a la gestión hídrica, he destinado espacios para que se pueda realizar la toma de muestras necesaria con tal de analizar la calidad del agua destinada a infiltración. Sí que estamos colaborando con BCASA, el CSIC y la UPC, que se encargan de este tipo de investigaciones más científicas.

En cuanto a los beneficios de la vegetación sobre el ambiente y por tanto sobre el ser humano, son palpables, podría decir que evidentes y por supuesto el espacio está abierto a que alguien dedique su tiempo o ponga número o medida a esta evidencia.
 

Imágenes del artículo propiedad del Instituto Municipal de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona.
Autor fotografía de portada: Toyser.
Autor fotografías que acompañan el artículo: José Hevia.
Más información en: www.bcnsostenible.cat/es/web/punt/eix-verd-cristobal-de-moura